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La próxima vez que pienses en fetichismo, no te tortures pensando que eres raro o que algo malo ocurre en tu cerebro. La realidad es que los fetiches sexuales son más comunes de lo que muchos piensan.
Incluso, la mayoría de las veces ni siquiera representan ningún problema físico o psicológico. Basta con que consultes en Internet para darte cuenta que existen, por ejemplo, personas que adoran el cuero, y muchas más que aman la lencería obscena.
¿Qué son los fetiches sexuales?
Si bien los fetiches sexuales pueden parecer extraños, son tan reales como el acto sexual en sí. La ciencia médica define el fetichismo sexual o erótico, como una obsesión sexual por un objeto no vivo o una parte del cuerpo no genital.
Por lo tanto, una persona puede sentirse atraída y sexualmente excitada, por objetos inanimados, o por una parte del cuerpo que habitualmente no se considera sexual. Los dedos de los pies por ejemplo.
También hay otras personas que desarrollan un fetiche por un estilo de vida en particular. Especialmente aquel en el que disfruta de juegos eróticos de rol, como el bondage y el sadomasoquismo.
Los objetos que comúnmente se vuelven adoración de un fetichista, incluyen la ropa interior de mujer, la ropa de látex y los artículos de goma. Y si bien el fetichismo está presente en ambos sexos, es más común en los hombres.
¿Por qué los fetiches sexuales son más comunes de lo que piensas?
Los fetiches sexuales son tan comunes, que aquí en Masaje Dharma ofrecemos el Masaje Fetish Fantasy, para personas que desean hacer realidad sus fantasías. Es una forma diferente de disfrutar de un fetiche en particular combinado con los beneficios del masaje erótico.
Sin embargo, las personas con fetiches a menudo son etiquetadas como raras o anormales.
No obstante, diferentes investigaciones al respecto, han demostrado que una gran cantidad de personas tienen tendencia al fetichismo, incluso si no lo admiten. Tal como sucede con la orientación sexual.
Es decir, las personas pueden estar biológicamente programadas para desarrollar el fetichismo, y en consecuencia, tener poco o ningún control sobre dicho comportamiento.
Una investigación publicada en la revista académica Journal of Sex Research, estudió el comportamiento sexual de 1.000 adultos en Canadá. Los resultados revelaron que un 44.5% de los participantes, experimentaban la necesidad de algún tipo de comportamiento fetichista.
Por otra parte, el 26.3% de los participantes admitió haber practicado el fetichismo. También se descubrió que el 30% de los hombres encontraban excitantes los objetos inanimados. Sin embargo, este comportamiento solo afectaba a un 23% de las mujeres.
Los fetiches sexuales no son trastornos
Por supuesto siempre y cuando ese fetiche haga felices a las personas, y dicho comportamiento no afecte su vida, ni la de sus parejas. En todo caso es importante entender que los fetichistas sexuales son personas normales, como tú o como yo.
Sin duda es posible que este comportamiento se salga de control. Una persona puede desarrollar una compulsión por robar prendas femeninas en otras casas. Incluso si ese fetiche afecta el desarrollo académico o profesional, entonces debe buscarse atención médica.
Además, los fetiches sexuales no siempre se relacionan con la vergüenza y los secretos. Muchas personas buscan relacionarse con personas con un fetiche sexual, ya que les parece algo emocionante.
Por ejemplo, si tu pareja tiene un fetiche por los pies, y a ti te encanta que te chupen los dedos de los pies. Esa es una combinación ideal para que ambos disfruten de su fetichismo.
Para la mayoría de los expertos, el fetichismo sexual se considera como una variación de un comportamiento sexual normal. Esto claro a menos que el fetiche implica el uso de la fuerza, el exhibicionismo, o las autolesiones.
¿En qué momento el fetiche sexual se vuelve un problema?
Los fetiches sexuales pueden volverse un problema cuando las personas son incapaces de relacionarse saludablemente con sus parejas. Es posible que a estos fetichistas les guste pasar tiempo a solas con su objeto de adoración, incluso cuando no tienen pareja.
Hay hombres que se obsesionan con el calzado de sus parejas. Inicialmente puede parecer algo inofensivo. Sin embargo, puede escalar a un nivel en el que el hombre prefiera masturbarse con el calzado, en lugar de tener relaciones con su pareja.
La buena noticia es que existen formas de manejar dicho comportamiento compulsivo, sobre todo cuando afecta negativamente la relación de pareja. Por un lado se puede intentar reducir la dependencia hacia el fetiche, mejorando la comunicación en la pareja.
Para ello se pueden utilizar técnicas de enfoque sensorial. Incluso las parejas pueden llegar a un acuerdo e incorporar el fetiche en sus actividades. Esto de una forma controlada y durante un límite de tiempo.
Igualmente pueden reservar estas actividades para ciertos días. En caso de que el fetichista no pueda excitarse sin el objeto adorado, la terapia puede consistir en un reacondicionamiento orgásmico.
Incluso la sensibilización encubierta también puede ayudar a incrementar la excitación mediante estímulos normales.